No contento el destino, la sagrada providencia y/o los intereses económicos deciden adjuntarle
al abanico de padecimientos del páramo una nueva amenaza que oscurece aún más
el panorama de este importante ecosistema.
Larva y hongos afectan los frailejones del páramo de
Chingaza
Por: Katherin Moreno Agudelo
"Guardaparques de los páramos de El Cocuy, Galeras, Las
Hermosas, Los Nevados y de Sumapaz han reportado la existencia de un problema
similar"
En el año 2009, la investigadora María Mercedes Medina,
quien en ese momento trabajaba en un proyecto liderado por el IDEAM, comenzó a
notar un daño en los frailejones del páramo de Chingaza, específicamente en la
especie Espeletia grandiflora. Luego de varios seguimientos y observaciones se
logró plantear que en el deterioro estaban involucrados dos tipos de organismos
vivos: un insecto que en su estado inmaduro (larva) causa herbivoría, es decir
que consume las hojas del frailejón por unos cuatro meses, hasta que pupan y
emerge un adulto (polilla); y el otro agente es un complejo de hongos que le
causa enfermedad a esta planta.
Para hacerle frente a la gravedad de estas evidencias se
conformó un comité interinstitucional integrado por docentes de la Pontificia
Universidad Javeriana y Universidad Jorge Tadeo Lozano, expertos de Parques
Nacionales Naturales de Colombia, la Sociedad Colombiana de Entomología y
Patrimonio Natural. Igualmente, el comité cuenta con el apoyo del IDEAM, el
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y el
Ministerio de Medio Ambiente.
Según Amanda Varela Ramírez, docente de la Universidad
Javeriana y coordinadora de éste comité científico, “era anormal lo que estaba
pasando porque éstos insectos no se habían registrado generando herbivoría de
manera tan extendida entre los frailejones. Igualmente se identificó que uno de
los hongos como Colletotrichum sp. y otros del género Fusarium, que se trata de
géneros que afectan a muchas plantas de cultivos comerciales”.
Lo que pudieron observar las investigadoras Luz Stella
Fuentes Quintero docente Universidad Jorge Tadeo Lozano y Claudia Martínez
investigadora de la SOCOLEN es que el frailejón empieza a tener síntomas de
daño sobre todo en las hojas de meristemo apical (las más tiernas que están en
el centro de la roseta de la planta), provocado por la herbivoría del estado
inmaduro (larva) de una especie de polilla al alimentarse de estas hojas. Otros
frailejones enfermos, evidencian a nivel de tallo colonizadción casi que en su
totalidad de hongos principalmente Fusarium spp., y que –al igual que las
hojas- tienden a una coloración oscura. “Tenemos una hipótesis y es que la
entrada del hongo a la planta se da desde la raíz y trata de subir por donde
sube el alimento desencadenando en un taponamiento que genera que la planta no
tenga nutrientes”, explica Varela Ramírez.
“Hemos centrado los estudios preliminares donde se evidenció
primero esta afectación que es en la cuenca de la quebrada Calostros. Esta
cuenca tiene unos 36 mil kilómetros cuadrados, sabemos que el problema está en
toda la cuenca, obviamente no en todos los frailejones pero sí desde los 2.900
metros (parte baja en el límite del Parque) hasta los 3.700 metros de altitud”.
No obstante, los guardaparques a través de los recorridos que hacen de
monitoreo y seguimiento han reportado también en otras áreas del Parque el
mismo problema. Sin embargo, advierten las investigadoras, es muy pronto para
catalogar lo que está sucediendo como una plaga.
Dicha problemática que está afectando seriamente el
ecosistema tiene dos posibles causas que se sustentan en el cambio climático.
“Los límites de los diferentes climas están definidos geográficamente por
latitudes y la temperatura es uno de los aspectos más relevantes de éste. Al
generarse ese aumento de temperatura a nivel global (1 o 1,5 grados Celsius) se
evidencian algunos impactos en los diferentes ecosistemas. Una de las hipótesis
es que el insecto no se encontraba en el páramo, sino que posiblemente proviene
de una zona de menor altitud y logró ascender y establecerse en el páramo,
donde encontró al frailejón como alimento. La segunda hipótesis que manejamos
es que el insecto ha estado siempre dentro del páramo, pero por efectos del
incremento de la temperatura la población aumenta y por ello se empieza a
evidenciar un poco más la presencia y daño de este insecto”, explicó Fuentes
Quintero. No es de desconocer que varios cultivos e influencia de ganadería se
están asentando muy cerca de estas reservas, comprometiendo también sus
recursos naturales.
Los páramos juegan un papel fundamental en la provisión del
recurso hídrico, sobre todo en la oferta que hay para Bogotá, allí -los
frailejones, plantas representativas del páramo- ayudan a captar el agua para
llevarla al suelo. Según datos oficiales,Chingaza surte en un 70% de agua a los
bogotanos y a once municipios aledaños. Asimismo, hay que recordar que la tasa
de crecimiento del frailejón es muy lenta (de 1 a 4 cm por año) y en casos
severos un frailejón por ejemplo de 40 años puede morir entre seis y ocho
meses, debido a los daños provocados por insectos y hongos. Aún no se ha
logrado establecer cuánto puede llegar a disminuir la captación de agua por
parte de un frailejón afectado. Sin embargo, al verse disminuida la población
de frailejones el efecto puede ser importante en la provisión de la oferta
hídrica. “Eso sería lo más dramático que podría llegar a ocurrir”.
La situación es tan grave que ya no afecta al ámbito local
sino el nacional.Guardaparques de los páramos de El Cocuy, Galeras, Las
Hermosas, Los Nevados y de Sumapaz han reportado la existencia de un problema similar.
Incluso en Ecuador hay una alerta y ya se ha reportado en Venezuela. La
directora de Parques Nacionales Naturales de Colombia, Julia Miranda, ya se
comprometió a colaborar con el monitoreo en estas áreas. “Hemos pedido -además
de las fotografías- que funcionarios de éstos páramos llenen en un periodo de
tiempo determinado un formato para realizar un diagnóstico y verificar la
situación”, explica Varela Ramírez.
Entre las soluciones se descarta de plano recurrir a un
plaguicida para eliminar esta polilla. Sería más conveniente una alternativa
como el control biológico, pero aplicar un tipo de manejo a un ecosistema
requiere de mucho cuidado. “Sería peor el remedio que la enfermedad (…) Con un
plaguicida podríamos matar organismos benéficos, contaminar el suelo y el agua,
es peligroso y contraproducente”, advierten Luz Stella Fuentes y Claudia
Martínez.
Igualmente, el reemplazar el frailejón–estrategia que está
implementado un grupo de restauración de páramos de la Universidad Nacional-
dicen no es tan fácil. Para las investigadoras “cuando muere un frailejón, esa
biomasa queda en el suelo y su proceso de descomposición para que se incorpore
al suelo es demorado por las bajas temperaturas y la escasa disposición de
oxígeno. Si se da este método no se sabe si la planta soporte ser trasplantada
en un ecosistema tan frágil como este” (…)
“Se ha analizado que algunas especies de insectos o aves
lleguen de forma natural y puedan consumir de éstas larvas. Éstas harían una
regulación de la población de la polilla sin causar daño o impacto en el
ecosistema” explica Fuentes Quintero.
Ahora lo que buscan las investigadoras es apoyo científico y
económico por parte de entes gubernamentales para conocer a mayor profundidad
el problema y así brindar soluciones de manejo. Cuando inició esta
investigación se contó con 80 millones de pesos, lo que no fue suficiente para
diagnosticar y dimensionar realmente el daño que se está presentando en el
Parque. Según Fuentes Quintero, “es muy seguro que nosotros no veamos (alcancemos
a conocer en vida) el resultado del impacto de lo que ocurrirá allí, pero sí el
daño de ésta polilla y hongos no se detienen y continúan con el ritmo que
llevan, en pocos años las comunidades de frailejones y características de los
páramos, pueden verse seriamente disminuidas”. El paisaje del páramo tal como
lo conocemos hoy -en unos 50 o 80 años- será diferente y sus funciones de
captación, almacenamiento y regulación de agua que mantienen al territorio
nacional, seguramente estarán deterioradas.
Hay que recordar amigo lector que éste ecosistema sólo
se encuentra en Colombia, Ecuador, Venezuela y Costa Rica, así que si usted
hace parte de alguna de estas naciones está en la obligación de informarse ,
actuar y preservar para la humanidad este patrimonio... pero también recuerde que si
usted es Colombiano tiene multiplicar esta obligación por 1.98 pues Colombia
tiene el 98% de los páramos del mundo.
Para más información:
http://www.utadeo.edu.co/files/collections/documents/field_attached_file/el_tiempo_-_investigacion.pdf?width=740&height=780&inline=true
http://www.utadeo.edu.co/files/collections/documents/field_attached_file/el_tiempo_-_investigacion.pdf?width=740&height=780&inline=true
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